Los 7 pecados capitales: La ira
Resumen de la Master Class realizada por Canal Historia con título: “Los 7 pecados capitales: La ira“.
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La ira es el peor de todos los pecados capitales porque es la que anima a matar. La peor consecuencia de la ira es la ceguera, la venganza, perdiendo la objetividad. La ira es un lujo muy caro que solo ciertos hombres con gran riqueza se pueden permitir. Las consecuencias de la ira son muy perjudiciales negativamente para quien lo padece por realizar actos ajenos a ningún tipo de lógica.
La ira es un comportamiento natural, una emoción de la condición humana. Todos nos enfurecemos de vez en cuando y negarlo u ocultarlo no es saludable ni realista. Diferente es cuando la ira conduce a la crueldad o la violencia.
Ira, violencia o crueldad es contrarrestada en el nuevo testamento con “poner la otra mejilla” para no caer en ella. El principal problema de la ira son sus consecuencias. El islam considera que el mejor de los hombres es el que más tarda en enfurecerse y el peor el que más tarda en calmarse. En la Edad Media se creia que el demonio de la ira era Amon. Probablemente el nombre viene del Dios sol de los egipcios. Era descrito con capacidad para escupir fuego, pico de cuervo y cola de serpiente. Tentaba a los hombres con el poder que destruía con su propia ira.
Se cree que la ira es la consecuencia de las guerras (las provoca y prolonga), la representación del infierno en la vida real.
Un ejemplo claro de ira es el caso de Aquiles en la guerra de Troya en contra de su rey Agamenón (primero) y Hector (después) conduciéndolo a la perdición. La ira le conduce al egoísmo, el deshonor y finalmente la muerte.
Para que la ira no aparezca durante un combate, es necesario estar sometido a tensiones muy fuertes des el primer día para controlar las emociones. Si controlas las emociones juegas con ventaja frente al enemigo desenfrenado. ¿Matar en un campo de batalla se considera una manifestación de ira?
¿Qué sucede cuando la ira desemboca en un homicidio? ¿Puede explicarse el asesinado? Uno de los elementos que justifican que la ira acabe en el asesinato es el crimen pasional, apareciendo por primera vez en 1859. Algunos piensan que la locura transitoria es una excusa para justificar el momento en el que el ser humano sucumbe a la ira.
Actualmente, la ciencia está empezando a analizar donde se produce la ira en el cerebro. Se dice que la amígdala es la principal instigadora de la ira, pudiendo aturdir al cerebro con una rabia incontrolable. En cuanto recibe un peligro se produce una cascada de respuestas en el cuerpo (aumento: pulsaciones, sudor, presión sanguínea…) que lo prepara para luchar o huir. En el ser humano también se ha desarrollado otra parte: Los lóbulos frontales que sirven de freno para la amígdala. Si la amígdala es el motor que responde a un estímulo, el lóbulo frontal es su freno.
La locura transitoria se produce en el periodo cuando la amígdala se acelera hasta que nuevamente es controlada. ¿Hay forma de controlar la ira antes de llegar al punto crítico?
Cuando estamos furiosos perdemos el control. Irónicamente, la ira también puede producir placer, euforia (especialmente en hombres). La clave para controlar la ira no está en controlar la rabia, sino en las relaciones personales.
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