Codependencia: Ser adicto a un adicto
El mes pasado vimos que ante el ambiente adverso que implica vivir con un adicto, los familiares y las personas cercanas comienzan a asumir roles o formas de conducta que resultan nocivas para ellas mismas y para los demás.
¿Qué es la codependencia?
Es una forma enfermiza de relacionarse con los demás, en donde el sujeto que la padece deja de vivir plenamente su vida para enfocarse en las necesidades, gustos y emociones del otro, que puede ser el adicto o cualquier otra persona.
Así como un adicto desarrolla una dependencia obsesiva y compulsiva por una sustancia, ya sea alcohol, drogas, o alguna sustancia o actividad, el codependiente se vuelve adicto a la otra persona.
En muchos de los casos, quien ha vivido con un adicto — por ser hijo/a, hermano/a, pariente o amigo/a—, busca en el futuro relaciones amistosas, de noviazgo o matrimonio con personas adictas, con la ilusión inconsciente de que “rescatarán” o cambiarán al adicto, cuando en realidad se trata simplemente de dos personas adictas o dependientes que se unirán sólo para hacerse daño de manera inconsciente.
Características de un adicto
Una de las características más sobresalientes de un codependiente es la búsqueda constante de control sobre la otra persona, sobre sus actividades, gustos, amistades... Para controlar al otro, suelen desarrollar habilidades insanas, como el chantaje emocional, sentimientos de culpa, amenazas, manejo de dinero u otros recursos, mostrarse excesivamente amable o demasiado duro. Además de la necesidad de control un codependiente desarrolla síntomas como:
• Dificultad para relacionarse sanamente con otras personas.
• Problemas para conocer, reconocer y manifestar las propias emociones.
• Búsqueda obsesiva de la perfección (en la limpieza, horarios, vestido, orden, trabajo, etc.).
• Conductas compulsivas.
• Dificultad para poner límites en las relaciones. Se es sujeto constante de abusos.
• Búsqueda enfermiza por cargar con las responsabilidades ajenas.
• Autoimagen, autoconcepto y autoestima deteriorados.
• Miedo a ser abandonado o rechazado.
• Vergüenza de sí mismo.
• Constante necesidad de la aprobación de los demás.
• Sensación de haber logrado poco en la vida por haberse dedicado al cuidado exclusivo de los demás.
• Enojo continuo con la vida, consigo mismo, con Dios y con los demás.
• Enfermedades físicas gastrointestinales (gastritis, colitis, estreñimiento) y/o nerviosas (dolor de cabeza, espalda, etc.).
¿Cómo dejar de ser codependiente?
Primeramente debe aceptar que lograr la recuperación de un ser querido adicto no es sencilla; debe ser consciente de que muchas veces se hacen esfuerzos para lograr la rehabilitación de algún familiar o amigo. Pero para que éste dé el paso es indispensable que él mismo tome la decisión de cambiar, entonces, el codependiente debe tener en mente que por más que se esfuerce y se desgaste él no puede hacer que el otro salga de su adicción, PERO SÍ PUEDE AYUDARSE A SÍ MISMO si el codependiente comienza a vivir su propia vida y sus anhelos, comienza a liberarse y a ser feliz.
Para comenzar a vivir su propia vida es indispensable:
+ Darse cuenta que algo no anda bien. Reconocerlo.
+ Asumir que cada persona es responsable de sí misma. No se puede hacer que las otras personas cambien, pero el cambio personal sí está en manos de uno mismo.
+ Aprender a desapegarse. Es aprender a dejar que las cosas fluyan, que las cosas y las personas sigan sus cauces, sin intentar controlar todo y a todos.
+ Poner límites en todas las áreas de la vida. Esto implica autovalorarse y comprender que nada ni nadie tiene derecho a lastimarnos.
Autor:Salvador Ramírez Martínez
Comentarios