Parte de tres elementos básicos: partículas, campos e información, que impulsados por fuerzas y ondas crea materia y conciencia. El mundo material y el mundo inmaterial.
Las partículas por la interacción de los campos forman masa dando lugar a la materia: La Materia es todo aquello que tiene localización espacial, posee una cierta cantidad de energía, está sujeto las leyes de la física, a cambios en el tiempo, nos entra por los sentidos y se puede medir y analizar por un observador.
La masa se organiza en estructuras cada vez más complejas, desde el átomo de hidrógeno hasta la conciencia más elevada. Cuando estas estructuras adquieren unas características determinadas las llamamos entidades.
Entendemos entidad en este contexto como todo aquello que se puede percibir por un observador con unas características propias.
La cantidad de masa y energía del universo es constante. No se crea ni se destruye, solo se transforma Tenemos la misma cantidad de masa y energía que el día en que se formó el universo. Sin embargo las entidades se crean, existen evolucionan y mueren.
La totalidad de lo que existe, el “Holos” está compuesto por infinidad de entidades interconectadas agrupadas en sistemas.
Los sistemas se interconectan con otros sistemas intercambiando información.
Nada permanece inerte, todo está en permanente cambio. Los cambios conllevan una mejora evolutiva y una pérdida de entropía. El proceso de cambio evolutivo se produce de manera continua y con saltos bruscos. Los saltos bruscos precisan de altos niveles de energía. Estos cambios suponen un aumento en los niveles evolutivos. El grado evolutivo se manifiesta como una mayor complejidad en las formas y composición de las estructuras. Un orden cada vez más complejo, con más elementos y más información.
Las entidades almacenan información que, a modo de manual de instrucciones, le sirven para autogenerarse y cambiar de estado ayudadas por las fuerzas de la naturaleza y las interacciones con entidades o sistemas con los que convive.
Las entidades más evolucionadas adquieren “esencia” cuando llegan a determinado nivel evolutivo. La esencia es la parte inmaterial del ser por la que se constituye como una entidad autónoma, única y diferenciada.
Las entidades están interconectadas por canales, como una red en malla, en la que todas tienen acceso a la información del cosmos. Cada entidad guarda su información y la comparte con el resto.
La información son partículas inmateriales a niveles cuánticos que contienen los datos almacenados por las entidades de lo aprendido y de los mecanismos de funcionamiento. ¿Cómo sabe la sal que tiene que cristalizar? El proceso de cristalización nos sirve de ejemplo para ilustrar esta idea: Para que la materia pueda reorganizarse formando determinadas estructuras, las moléculas o iones deben estar en movimiento y perder dicha movilidad en unas determinadas condiciones, lentamente, en reposo o disponiendo de espacio suficiente para orientarse. Los cristales crecen porque las moléculas de sal en la solución se reúnen y se entrelazan. Al hacerlo, encajan como piezas de un rompecabezas, organizándose en una estructura reticular, creando así un núcleo de cristal. A medida que más moléculas se encuentran y se conectan al núcleo, crece demasiado para permanecer en la condición de disolvente y se cae de la solución, se cristaliza. Otras moléculas en la solución siguen encontrando al cristal y se unen a él, por lo que el cristal crece. El cristal de sal continúa creciendo hasta que se alcanza el equilibrio entre las moléculas en la solución y las del cristal.
Según Hengels Pierson cada partícula de este proceso ha de poder acceder a la información y las instrucciones necesarias para realizar la función que le corresponde.
Las partículas trabajan en colaboración con sus compañeras. Buscan la eficiencia en los procesos. Aprenden y almacenan la información aprendida para que nuevas entidades puedan acceder a una versión mejorada. La entidad acaba colapsando y despareciendo pero nace una nueva con más información, más evolucionada. Es la versión del ave fénix que renace de sus cenizas, pero esta vez más evolucionada.
Las entidades pueden evolucionar hasta estados de conciencia (del latín conscientia ‘conocimiento compartido’) cuando estas llegan a tener conocimiento de su entorno. Las entidades son capaces de tomar decisiones.
La conciencia puede evolucionar hacia niveles de inteligencia individuales y colectivos. Hacia una conciencia social.
También pude evolucionar hacia una conexión con la naturaleza o subir a niveles de conciencia superiores a niveles místicos.
Las entidades pueden tener diferentes niveles de conciencia
1.- El “Holos”: la totalidad del ser. La suma de toda la masa, energía e información del cosmos.
2.- Las “Entidades”: los sistemas ontológicos que forman el Holos. El universo con todas sus galaxias, agujeros negros, sistemas planetarios, planetas, seres vivos, sistemas físicos y biológicos…
3.- Las “Conexiones”: los canales de información y energía que conectan unas entidades con otras.
1.- El mundo material del espacio-tiempo, masa-energía, fuerzas, partículas, átomos, moléculas, elementos, sistemas.
2.- El mundo inmaterial de las conexiones y los intercambios de información, de las conciencias y voluntades, de los sentimientos y las emociones.
3.- El mundo espiritual de estados de conciencia superiores. De los místico y lo sagrado. De las verdades infinitas, de los valores eternos.
1.- El pasado: Va desde el momento cero (big bang) hasta el momento actual (presente)
2.- El presente.
3.- La Eternidad o ausencia de tiempo.
Las partículas por la interacción de los campos forman masa dando lugar a la materia: La Materia es todo aquello que tiene localización espacial, posee una cierta cantidad de energía, está sujeto las leyes de la física, a cambios en el tiempo, nos entra por los sentidos y se puede medir y analizar por un observador.
La masa se organiza en estructuras cada vez más complejas, desde el átomo de hidrógeno hasta la conciencia más elevada. Cuando estas estructuras adquieren unas características determinadas las llamamos entidades.
Entendemos entidad en este contexto como todo aquello que se puede percibir por un observador con unas características propias.
La cantidad de masa y energía del universo es constante. No se crea ni se destruye, solo se transforma Tenemos la misma cantidad de masa y energía que el día en que se formó el universo. Sin embargo las entidades se crean, existen evolucionan y mueren.
La totalidad de lo que existe, el “Holos” está compuesto por infinidad de entidades interconectadas agrupadas en sistemas.
Los sistemas se interconectan con otros sistemas intercambiando información.
Nada permanece inerte, todo está en permanente cambio. Los cambios conllevan una mejora evolutiva y una pérdida de entropía. El proceso de cambio evolutivo se produce de manera continua y con saltos bruscos. Los saltos bruscos precisan de altos niveles de energía. Estos cambios suponen un aumento en los niveles evolutivos. El grado evolutivo se manifiesta como una mayor complejidad en las formas y composición de las estructuras. Un orden cada vez más complejo, con más elementos y más información.
Las entidades almacenan información que, a modo de manual de instrucciones, le sirven para autogenerarse y cambiar de estado ayudadas por las fuerzas de la naturaleza y las interacciones con entidades o sistemas con los que convive.
Las entidades más evolucionadas adquieren “esencia” cuando llegan a determinado nivel evolutivo. La esencia es la parte inmaterial del ser por la que se constituye como una entidad autónoma, única y diferenciada.
Las entidades están interconectadas por canales, como una red en malla, en la que todas tienen acceso a la información del cosmos. Cada entidad guarda su información y la comparte con el resto.
La información son partículas inmateriales a niveles cuánticos que contienen los datos almacenados por las entidades de lo aprendido y de los mecanismos de funcionamiento. ¿Cómo sabe la sal que tiene que cristalizar? El proceso de cristalización nos sirve de ejemplo para ilustrar esta idea: Para que la materia pueda reorganizarse formando determinadas estructuras, las moléculas o iones deben estar en movimiento y perder dicha movilidad en unas determinadas condiciones, lentamente, en reposo o disponiendo de espacio suficiente para orientarse. Los cristales crecen porque las moléculas de sal en la solución se reúnen y se entrelazan. Al hacerlo, encajan como piezas de un rompecabezas, organizándose en una estructura reticular, creando así un núcleo de cristal. A medida que más moléculas se encuentran y se conectan al núcleo, crece demasiado para permanecer en la condición de disolvente y se cae de la solución, se cristaliza. Otras moléculas en la solución siguen encontrando al cristal y se unen a él, por lo que el cristal crece. El cristal de sal continúa creciendo hasta que se alcanza el equilibrio entre las moléculas en la solución y las del cristal.
Según Hengels Pierson cada partícula de este proceso ha de poder acceder a la información y las instrucciones necesarias para realizar la función que le corresponde.
Las partículas trabajan en colaboración con sus compañeras. Buscan la eficiencia en los procesos. Aprenden y almacenan la información aprendida para que nuevas entidades puedan acceder a una versión mejorada. La entidad acaba colapsando y despareciendo pero nace una nueva con más información, más evolucionada. Es la versión del ave fénix que renace de sus cenizas, pero esta vez más evolucionada.
Las entidades pueden evolucionar hasta estados de conciencia (del latín conscientia ‘conocimiento compartido’) cuando estas llegan a tener conocimiento de su entorno. Las entidades son capaces de tomar decisiones.
La conciencia puede evolucionar hacia niveles de inteligencia individuales y colectivos. Hacia una conciencia social.
También pude evolucionar hacia una conexión con la naturaleza o subir a niveles de conciencia superiores a niveles místicos.
Las entidades pueden tener diferentes niveles de conciencia
- Tres formas del mismo ser.
1.- El “Holos”: la totalidad del ser. La suma de toda la masa, energía e información del cosmos.
2.- Las “Entidades”: los sistemas ontológicos que forman el Holos. El universo con todas sus galaxias, agujeros negros, sistemas planetarios, planetas, seres vivos, sistemas físicos y biológicos…
3.- Las “Conexiones”: los canales de información y energía que conectan unas entidades con otras.
- En tres estados diferentes:
1.- El mundo material del espacio-tiempo, masa-energía, fuerzas, partículas, átomos, moléculas, elementos, sistemas.
2.- El mundo inmaterial de las conexiones y los intercambios de información, de las conciencias y voluntades, de los sentimientos y las emociones.
3.- El mundo espiritual de estados de conciencia superiores. De los místico y lo sagrado. De las verdades infinitas, de los valores eternos.
- En tres momentos diferentes con su grado de nivel evolutivo:
1.- El pasado: Va desde el momento cero (big bang) hasta el momento actual (presente)
2.- El presente.
3.- La Eternidad o ausencia de tiempo.

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